martes, 6 de abril de 2010

LA PINTURA MODERNA

GREENBERG, C.; Arte y Cultura: Ensayos Críticos. Traducción al español de Art and culture de Justo G. Beramendi y Daniel Gamper. Paidós, Madrid, 2002. Capítulo “Vanguardia y Kitsch” (1939) (pág: 23- 110)y “ La pintura moderna” (pág: 111- 120)

VANGUARDIA Y KITSCH:

En La pintura moderna y otros ensayos se ofrece un recorrido por los puntos básicos del proyecto intelectual del crítico y también lúcido analista cultural Clement Greenberg (16 de enero de 1909 - 7 de mayo de 1994). Éste fue un influyente crítico de arte estadounidense muy relacionado con el movimiento abstracto en los Estados Unidos. En particular, promovió el movimiento del Expresionismo abstracto y tuvo relaciones muy estrechas con el pintor Jackson Pollock. Se graduó en la Universidad de Syracuse (Nueva York. Destacó por vez primera como crítico de arte con su ensayo Avant-Garde and Kitsch, publicado por vez primera en el periódico Partisan Review de 1939. En este artículo Greenberg afirmó que la vanguardia y el arte modernista fue un medio de resistirse a la nivelación de la cultura producida por la propaganda capitalista. Greenberg se apropió de la palabra alemana 'kitsch' para describir este consumismo, aunque sus connotaciones han cambiado desde entonces hacia una noción más afirmativa de materiales de desecho de la cultura capitalista. El arte moderno, como la filosofía, exploró las condiciones bajo las cuales experimentamos y entendemos el mundo. Revolution y Modern Painting, realizada por Fèlix Fanés. Siruela, Madrid, 2006.

Con el tiempo, Greenberg se preocupó porque algunos expresionistas abstractos habían quedado reducidos a un «conjunto de manierismos» y buscó una nueva serie de artistas que alcanzaran una cierta pureza que revelara la veracidad del lienzo, y los aspectos bidimensionales del espacio. Greenberg acuñó el término «Abstracción postpictórica» para distinguirlos del Expresionismo abstracto, o Abstracción pictórica, tal como Greenberg prefería llamarla. La abstracción post-pictórica reaccionó contra la abstracción gestural y se ramificó en dos grupos, los pintores Hard-Edged como Ellsworth Kelly y Frank Stella quienes exploraron las relaciones entre formas y bordes, y los pintores Color-Field como Helen Frankenthaler y Morris Louis, quienes vertieron pintura diluida en el lienzo sin imprimación para explorar los aspectos del color puro y fluido. Preocupado por los desafíos que representaban los nuevos medios de masas, se propuso construir un canon artístico con el que hacer frente a la degradación cultural de la época. Durante más de treinta años y mediante la publicación de centenares de artículos, definió unas nuevas reglas para el arte en la época de la reproducción seriada.

En este capítulo el autor nos hace referencia al momento en que apareció el arte por el arte, momento en el que la vanguardia se desvinculó de la sociedad, de la política llegando a la conclusión de que la vedadera función de la vanguardia no era experimentar sino mantener en movimiento a la cultura entre la confusión ideológica y la lucha. En el terreno artístico, se ha llamado vanguardias históricas a una serie de movimientos artísticos de principios del siglo XX. Estos movimientos buscaban innovación en la producción artística; se destacaban por la renovación radical en la forma y el contenido; exploraban la relación entre arte y vida; y buscaban reinventar el arte confrontando movimientos artísticos anteriores.



La palabra kitsch se origina del término alemán yidis etwas verkitschen. Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se utiliza el término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto. El poeta o artista de vanguardia buscaba mantener el alto nivel de su arte tanto depurándolo como elevándolo al plano de la expresión de un absoluto en el que todos los relativismos y contradicciones serían o bien resueltos o bien considerados sin sentido. Aparecen el “arte por el arte” y la “poesía pura”, y tema y contenido se convierten en algo de lo que hay que huir como de la peste.


En la búsqueda de lo absoluto, fue como la vanguardia llegó al arte, a la abstracción. Si lo abstracto u otro estilo; pretenden tener validez estética no pueden constar o ser fruto de la casualidad, sino de todo un discurso, el cuál se convierte en el tema del arte. Pero lo absoluto es lo absoluto y el poeta o el artista, dada su condición, aprecia unos valores más que otros. Y son estos mismo valores estéticos en cuyo nombre invoca lo absoluto son los valores estéticos, que son relativos. Lo no figurativo o lo abstracto, si aspira a tener una validez estética, no puede se arbitrario. Que la cultura de vanguardia es la imitación del imitar –el hecho en sí mismo- no requiere nuestra aprobación ni nuestro rechazo. La especialización de la vanguardia en sí misma, el hecho que sus mejores artistas sean artistas de artistas ha alejado a muchos de los que antes eran capaces de disfrutar y apreciar un arte ambicioso, pero ahora no quieren ni pueden iniciarse en los secretos de estas prácticas. Mediante la contemplación de una obra kitsch en el público sin educación artística alguna, incidirán con un maravilloso efectismo; ya que le proporciona lo que éste busca, entretenimiento, imagen explícita y tema en el que de alguna manera se siente identificado, escenas populares, etc., mientras que una obra de contenido no tan explícito y teniendo el espectador que interpretarla y búsqueda de la misma, producirá desconcierto y pasividad absoluta ante el espectador, ya que le faltan las nociones básicas para poder interpretar y se enfada ante su ignorancia.El público culto, contempla una obra que se comprende dentro de las vanguardias, e interpreta la obra a partir de sus conocimientos técnicos y demás de esta misma.Puede que ambas situaciones; tanto la contemplación del culto como del no culto, sean de igual formas de comportamiento o mejor deleite ante lo que entiende y conocen, aunque sus respuestas y conclusiones serán muy diferentes.

Lo kitsch es un producto de la revolución industria, que al urbarnizar las masas de Europa occidental y América, estableció lo que se denomina la alfabetización universal. Lo kitsch cambia según el estilo, pero permanece siempre igual. No pretende pedir nada a sus clientes, salvo su dinero. La condición previa de este término es la disponibilidad de una antigua y rica tradición cultural. Este se vale de lo nuevo, para una vez adulterado convenientemente, servilo como kitsch. Se ha convertido en pate integrante de nuestro sistema productivo, ha sido capitalizado y está obligado a expandirse y a mantener sus mercados. Los enormes beneficios que genera el kitsch son causa de tentación para la propia vanguardia Lo kitsch busca el efectismo, mientras que la vanguardia busca la causa. Lo kitsch es una recopilación entre lo viejo de mal gusto o mala calidad y lo novísimo.Lo kitsch ha supuesto una suplantación de la cultura indígena y popular, llegando a una elevada expansión de su lugar de origen, de la ciudad al campo, no tiene límites geográficos; creando cierta necesidad en la sociedad. Si la vanguardia imita los procesos del arte, el Kitsch imita sus efectos.


Una vez que el arte ya no representa realidades o temas reconocibles por todos, es decir; por todo tipo de público, tanto el culto como el popular. Este tipo de arte se convierte en una herramienta exclusiva para una minoría; que son los que comprenden este tipo de arte, ya que se requiere de un conocimiento específico y al alcance de unos pocos. El desarrollo del Kitsch es una solución de los gobiernos poco costosa para intentar contentar a la masa. Esto es más fácil que acercar o proporcionar a la masa la cultura. Por lo que actúan supeditando la cultura a su nivel tan bajo. Ya que no se trata de la gran mayoría pueda poseer un buen nivel cultural, ya que así les es más fácil conseguir sus propósitos.Si la masa no posee conocimiento no puede criticar y mucho menos cuestionar algo establecido, por gobiernos u otras instituciones, siendo suplantados con la justificación de lo Kitsch dejando abolida la vanguardia como algo pretencioso y peligroso para los mandos de poder.

LA PINTURA MODERNA:

El autor en este capítulo nos habla de lo moderno, que engloba casi todo lo vivo en nuestra cultura. Nos propone a Kant como el 1er moderno verdadero ya que fue el 1º que realizó una autocrítica de los medios mismos de la crítica. Y esto es lo que el autor nos dice que para él es la esencia de lo moderno, el uso de los métodos específicos de una disciplina para criticar esta misma.

Esta autocrítica moderna se desarrolló a partir de la crítica ilustrada, aunque la Ilustración criticaba desde el exterior y lo moderno al contrario, desde el interior. Este nuevo tipo de crítica surgió 1º en filosofía pero se extendió a muchos ámbitos en todo el siglo XIX. Ahora empezaron a exigir una justificación más racional en todas las áreas. El arte parecía estar abocado al puro y simple entretenimiento de masas, hasta lo compararon con la religión por sus valores terapéuticos. Para evitar caer en esto era necesario exponer lo que el arte tenía de único. Se convirtió en un proyecto de autodefinición, cada arte al eliminar todo aquello que hubiera tomado de otras artes restantes quería volverse un arte de pureza en el que hallaría la garantía de sus patrones de calidad y su independencia.

Este arte moderno se diferenciaba del realista o naturalista en que no oculta el arte, sino que llama la atención sobre él. La pintura moderna superó las limitaciones (de superficie, de soporte, de las propiedades del pigmento…) que para los maestros del pasado eran factores negativos. Por ejemplo la planitud del lienzo resultó fundamental en el proceso por el que el arte pictórico se criticaba y definía en sí mismo ya que esa planitud es lo que hacía único y exclusivo al arte pictórico, lo único que no compartía con nadie, por ello se inclinó hacia ella. Lo que los modernos han hecho ha sido invertir los términos que los maestros del pasado contradecían: al intentar que la ilusión más verídica del espacio tridimensional, siempre apareciera la plenitud del cuadro. En una pintura moderna en cambio lo que se ve primero es el cuadro en sí. Esta pintura moderna no es que haya abandonado la representación de los objetos sino que ha abandonado la representación del tipo de espacio que ocupan estos objetos reconocibles. Pero esto no quiere decir que la abstracción sea una fase necesaria para el autocriticismo del arte pictórico.

Para conseguir esa autonomía la pintura debía despojarse de todo lo que compartía con la escultura, aunque esta resistencia a la escultura ya empezó mucho antes de lo moderno. Ya que la tridimensionalidad era territorio de la escultura, la pintura debía despojarse de ella. En este afán de ser única y no tanto queriendo excluir lo representacional o lo literario, es que la pintura se ha vuelto abstracta. Aunque ligadas a la tradición, a mediados del S. XIX todas las tendencias de pintura fueron hacia una misma tradición antiescultórica:

- los impresionistas y Manet: el problema dejó de plantearse como una oposición entre el color y el dibujo y pasó a verse como una confrontación entre una experiencia óptica y una experiencia del mismo tipo, pero modificada por asociaciones táctiles. Buscando lo puro y óptico, y no el color, los impresionistas eliminaron todo lo que sugiriera lo escultórico.

- los cubistas y Cézanne se rebelaron contra el impresionismo. Esta contrarrevolución cubista, de ser todavía menos escultóricos, culminó en un tipo de pintura más plana que todas las producidas en el arte occidental, sin imágenes reconocibles.

El resto de normas de la pintura estaban experimentando también una revisión minuciosa. La regla de la forma que delimita el cuadro se iba relajando y luego reforzando sucesivamente. Igual ocurría con las reglas del acabado, de la textura, del contraste de valores y del color. En todos estos casos los modernos han corrido muchos riesgos pensando en nuevas formas de expresión así como la manera más clara de presentar estar reglas como tales. Las reglas y convenciones esenciales de la pintura son al mismo tiempo las condiciones limitadoras que una pintura debe acatar con fin de ser experimentada como cuadro. Lo que se ha descubierto con la pintura moderna es que se puede hacer retroceder estos límites indefinidamente antes de que un cuadro deje de ser una obra y se convierta en un objeto arbitrario. Modrian, que nos parecía tan trasgresor, con el tiempo aparece disciplinado y ligado a la tradición y a las convenciones. Su obra es más conservadora, en relación al color y a la sumisión al marco, que las últimas pinturas de Monet. La planitud de la pintura de Mondrian no es absoluta. Su imagen no permite la ilusión escultórica, pero permite la ilusión óptica. Los pintores del pasado crearon una ilusión de espacio profundo en el que uno podía imaginarse caminando, en cambio, con los pintores modernos sólo se pude mirar o pasear con la mirada con los ojos.

Lo que la pintura abstracta más actual trata es de colmar la idea impresionista en el que un arte esencialmente pictórico sólo puede afectar al sentido visual. Que el arte visual se base sólo en la experiencia visual y no contenga referencias de otro orden de experiencias, es un principio que se encuentra en la lógica científica.

El autor nos deja claro que el autocriticismo en el arte moderno ha sido algo más bien relacionado con la práctica, que con la teoría. La pintura moderna es mucho menos programática que la del pasado y los objetivos inmediatos eran- y continúan siendo- antes que nada personales. Ha sido necesaria la aportación durante décadas de un gran número de obras personales para poner de manifiesto la tendencia a una autocrítica general en la pintura moderna. También nos deja claro que el arte moderno haya supuesto una cierta decadencia de la tradición pero no significa una ruptura con el pasado sino un progreso de esta tradición.

La pintura moderna nos recuerda que el arte es una experiencia humana porque las limitaciones del arte son de procedencia humana. Ésta no nos ofrece demostraciones teóricas, sino lo que hace es transformar esas posibilidades teóricas en posibilidades empíricas poniendo a prueba diversas teorías existentes que tienen que ver con la práctica de la experiencia actual del arte. Muchos de estos factores que considerábamos esenciales para la elaboración y experiencia del arte han demostrado no serlo en el momento en el que la pintura moderna ha sido capaz de desprenderse de ellos.
Lo que el arte ha demostrado es que si en el pasado se apreció a algunos maestros, se basaban en juicios y razones equivocadas o irrelevantes. En cierto sentido esto no ha cambiado: la crítica y la historia del arte van con retraso respecto al ate moderno, lo que más se ocupa de éste es el periodismo. Siempre va a ocurrir lo mismo, cada vez se espera un tipo de arte tan diferente del anterior y tan libre de las reglas de la práctica y el gusto, que todo el mundo puede decir su opinión sobre este asunto hasta tal punto de verse frustrados cuando la nueva fase en cuestión acaba por ocupar su sitio en la continuidad del gusto y la tradición.

Lo que en resume nos muestra este texto es esa evolución en que tanto la pintura, como las concepciones de arte cambiaron de lo antiguo a lo moderno. Un paso que mostró un momento de ruptura con las reglas impuestas. El arte que en aquel momento parecía estar cayendo en la simplicidad de entretener a las masas, era lógico que se diera la situación de que el arte tuviera que buscar eso que tiene de único, eliminando todo lo que había cogido de otros estilos, para así autodefinirse, buscar su pureza. Se sobrepasaron los límites que los antiguos impusieron, ahora el arte era mucho más libre. Y este arte sigue evolucionando y seguirán cambiando los conceptos de arte así como las maneras de percibirlo. Y menos mal que no hay ruptura en el mundo del arte ya que todo se rige por esa continuidad, ya que sin ella nada tendría sentido.

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