FORMA:
En este término he creído conveniente mostrar el significado que aparece en el diccionario: el sentido más simple y probablemente originario de la palabra forma hace referencia a la figura espacial de los cuerpos materiales sólidos. Pero la peculiaridad del término consiste en la abstracción que hacemos al prescindir de la materia de las cosas y considerar la figura en sí misma como algo independiente, es decir, como forma. Así clasificamos los objetos según sus formas abstractas, cuadrados, círculos, esferas, etc. agrupándolos por lo que tienen de común sin tener en cuenta la materia o contenido que los diferencia. De la misma manera agrupamos intelectualmente y ordenamos las cosas que tienen propiedades semejantes unificándolas en un concepto o idea que denota las cualidades y propiedades comunes de esos objetos de conocimiento. Podemos entonces considerar intelectualmente un mismo objeto o "suceso" del mundo de "muchas formas", desde diversos puntos de vista, así como también considerar cómo está constituido o formado, destacando como fundamental o la más importante una determinada forma que le hace ser lo que esencialmente es. Por ello el concepto de forma es realmente complejo y muy importante a lo largo de toda la historia del pensamiento.
Volviendo al libro, el autor nos aclara en cierta medida el escurridizo y esquivo término de “forma” y habida cuenta de que los traductores españoles han tenido que ingeniárselas y bregar con media docena de términos griegos y alemanes cada uno de los cuales señala a lugares distintos con el mismo topónimo. El autor compara los términos forma y contenido para hacernos reflexionar sobe las traducciones que se han hecho de éstas:
Azúa comienza contándonos la anécdota cuando le preguntaron al pintor, David Sargent por su opinión acerca de Van Gogh, el cual respondió que admiraba algunas de sus obras diciendo: “ son las únicas en las que reconozco la verdadera forma del color amarillo”. pero un color no es una forma ni puede tener forma alguna, ya que no podemos concebir la forma sin el contenido, el amarillo no tiene más contenido que el amarillo. Hay muchas tonalidades del amarillo, así como de cualquier color. Lo que Sargent reconocía en el amarillo de Van Gogh era su contenido. Aunque cada uno de los matices es una forma de amarillo por lo que hay infinitas formas de amarillo.
Una forma sin contenido es como una noche sin día. Muchos textos se han escrito defendiendo la pura retinalidad en el análisis de la pintura, de la escultura, de la arquitectura, un análisis que sólo atendería a la forma y evitaría cualquier análisis de contenido. Todo aquello en lo que reconocemos una forma nos encierra en la visión de un contenido. Si alguien identifica una forma está reflexionando sobre un contenido y al igual si alguien concibe un contenido, está dándole una forma.
Una pintura en la que se puedan separa la superficie y el estilo de las ideas y conceptos es una pintura incomprensible. O bien simplemente mala. La superficie solo puede comprenderse como contenido y los conceptos no pueden ser más que formas. El malentendido sobre la palabra forma nace de un cortocircuito de traducciones: nuestro lenguaje filosófico es en parte una traducción del griego y en parte del alemán. Casi todo el léxico conceptual nos ha llegado de los unos y los otros con muy ligeras aportaciones inglesas, francesas o italianas. Pero la tradición griega y la tradición alemana del concepto de forma son muy diferentes ya que los traductores lo que han traducido son las palabras, no los conceptos:
- en la época arcaica el término “eidos” (idea) había significado todo lo contrario tras las enseñanzas de Platón en la que la forma es el “eidos”, la idea o esencia invisible de un objeto y que es ella la que le hace ser lo que es, porque es aquello que permanece; desde Platón la forma es lo permanente en contraste con la materia la cual es visible y evidente.
- para un alemán la forma no es lo oculto o intelectual, sino que es lo evidente y externo aunque igualmente permanente. Opuesto al contenido o materia internos, el aspecto y la apariencia obedeciendo leyes, pero cuyo contenido materia varía en cada una de las composiciones que utilizan esa forma. Aun cuando el contenido pueda parecernos más oculto que la materia, ambos lo están pero de diferente modo. La invisibilidad del contenido afecta al intelecto, el cual debe buscarlo como si rastreara un pista; los signos están ahí pero hace falta descifrarlos. La invisibilidad de la materia afecta a los sentidos los cuales pueden ser engañados. El malentendido a la alemana se produce por la proximidad de materia y contenido, tal confusión se produce igualmente inglés (matter) y en francés (matiére).
- los alemanes tienen también una segunda acepción de forma, “ la Gestalt” la cual no es lo opuesto al contenido, sino que es la forma concreta de un objeto singular, si fuéramos más rigurosos traduciríamos este término por como-posición pero no lo somos y aquí queda otra vez demostrado.
domingo, 3 de enero de 2010
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