domingo, 3 de enero de 2010

HISTORIA

HISTORIA:

La historia es la ciencia que tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias sociales. Se denomina también historia al periodo histórico que transcurre desde la aparición de la escritura hasta la actualidad.
La recreación de sucesos históricos ha sido un tema recurrente en todas las artes, desde la pintura a la novela pasando por el cine o el cómic, aunque no siempre con un rigor científico. A finales de los años 70, se empezaría a manifestar un gran interés por el pasado en ciertas artes: en literatura, en pintura, en historietas…

Pero centrándonos en las artes plásticas a medida que éstas fueron perdiendo su sentido comunitario y dejando de ser una actividad artesanal, su significado se fue haciendo cada vez más secreto y reservado, hubo que inventar nuevas justificaciones y nuevos usos para las artes y sus objetos. El autor nos pone como ejemplo que un retablo de la Virgen y el Niño no precisaba de ninguna explicación, que si en todo caso se diera sería externa a la pintura y a la escultura, contarían historias religiosas pero no explicarían nada particular de la obra en sí, el mensaje era evidente En cambio en pocos años la pintura y la escultura ya no eran tan evidentes. Mientras que la finalidad del arte fuese la piedad, el recuerdo, la autoridad, el ornato y cosas similares no necesitaba de intérpretes. Pero cuando la obra de arte comenzó a ser una idea, un concepto, una composición, un pensamiento subjetivo, una proyección del sujeto, un signo del genio y otros modos semejantes fue imprescindible encontrarle nuevas justificaciones y un cuerpo de especialistas que las garantizara.

Para explicarnos este término el autor se sirve de la justificación que dio de las obras de arte Petrarca, uno de los primeros expertos en tomar seriamente sobre sí esta responsabilidad. Lo hizo diciendo que las obras de arte eran documentos históricos. Que hasta entonces no había sido preciso añadir ninguna función secundaria, ningún valor añadido para que la obra de arte fuera de por sí algo valioso. Este proceso de apreciación de las artes como documentos históricos fue muy rápido. A partir de Voltaire las artes ya casi sólo sirven para dar cuenta de una época histórica, como si se tratase de ilustraciones de una enciclopedia.

Winckelmann y Hegel afirmaron que los objetos artísticos son puro tiempo histórico petrificado, pintado, sonorizado o verbalizado. Pero se plantea una pregunta ¿ Que hacen los artistas entonces? A la que responden que dan testimonio histórico de su sociedad; los artistas modernos primero se hicieron nacionalistas y luego se dedicaron a montar movimiento, escuelas y vanguardias, es decir, documentos históricos y sociológicos. Pero al convertir a las artes en historiadoras, que materializan el tiempo dando testimonio de cada época histórica, los artistas se convierten en periodistas, aunque sus periódicos son muy caros. El autor muestra su escándalo ya que mediante la total historización de las artes, éstas se convirtieron en máquinas de materializar el tiempo y dar testimonio de una época y se supone que las artes nacieron en el rincón opuesto al tiempo, para ser eternas, ahistóricas y atemporales, nacieron para ser la memoria de lo nunca sucedido no de lo fotográfico. No de lo que fue, sino de lo que nunca ha sido pero en cualquier momento puede ser. Las artes están cobijadas bajo el pasado pero es irremediablemente del ahora presente.

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