LECTURA:
La lectura es el proceso de la recuperación y aprehensión de algún tipo de información o ideas almacenadas en un soporte y transmitidas mediante algún tipo de código, usualmente un lenguaje, que puede ser visual o táctil Otros tipos de lectura pueden no estar basados en el lenguaje tales como la notación o los pictogramas. Pero el autor sin desmentir a los reconstructivos, nos dice que la lectura no es un arte visual sino auditivo. Lo que el ojo ve no son imágenes sino signos que remiten a fonemas que remiten a una voz humana invisible. Las letras que forman palabras y oraciones son utensilios de ayuda a la memoria. La voz que suena desde lo escrito no pertenece a ningún autor del pasado sino que permanece en la perpetua transformación del presente, en una voz que revive cada vez que alguien la hace hablar. Y siempre habla aquí y ahora, aunque siempre hable desde el paso que no construimos en cada presente.
Es digna de mención la opinión de los teóricos de la deconstrucción, para los cuales el escrito cambia de voz, cada vez que se lee y dice cosas nuevas, distintas e incluso contradictorias. La lectura para los reconstructivos, es una tarea infinita y no se entiende que tengan necesidad de más de un libro. El dilema entre la vista y el oído, muy presente en la lectura, es imprescindible para la cultura occidental para los griegos la vista era el sentido supremos; para los hebreos lo era el oído. A diferencia de nosotros, los medievales consideraban que los ciegos eran menos desdichados que los sordos, ya que el ciego puede escuchar la voz de Dios si alguien se la dicta. Sin en cambio un sordo nada puede aprender por tener cegado el camino de la palabra, lo que le condena a carecer de entendimiento y a ser como las bestias. El ciego ha perdido de vista del mundo pero puede llegar a saberlo todo. Sirva también esta pequeña enseñanza como explicación de la tradicional sordera hispana: somos un pueblo que no habla sino que grita y vivimos inmersos en un ensordecedor estruendo por terror a escuchar un pensamiento articulado. Somos una nación secularmente sorda
La práctica habitual hasta la invención de la lectura personal y silenciosa eran hechas en voz alta por quien sabía leer, ante una comunidad de oyentes que escuchaban el texto a modo de sermón. Pero incluso después de la invención de la lectura muda, aún seguía habiendo analfabetos por lo que la lectura siguió siendo comunitaria y en voz alta hasta la Revolución Francesa.
Todavía en pleno Renacimiento, Fray Luis de León hablaba de una música que le permitía acceder al significado más eminente a través del oído, aunque todos los restantes sentidos del mundo enmudezcan.
Solo con el advenimiento de las sociedades democráticas se generalizó la lectura muda, privada. Años hubo en que los ciegos eran corridos a pedradas por los pueblos sin embargo, pronto se inventó la lectura en caracteres Braille y no hubo ni ciegos ni sordos que pudieran escapar a la lectura. Desde entonces los ciegos han hecho una asombrosa carrera de capitalistas. La sociedad admirada, ha dejado de llamarles ciegos y ahora son invidentes, que un grado superior de la carencia y una jerarquía de la voluntad, como si acaso fueran ellos mismos los que se niegan a mirar.
En el conflicto perpetuo entre imagen y palabra,, los occidentales navegamos por unos océanos que a veces es líquido y a veces gaseoso, unas veces las palabras vencen por su virtud musical y otras veces por su capacidad representativa. En todo caso y en contra del refrán atribuido a la sabiduría china: cada palabra vale por lo menos mil imágenes. No puede ser de otra manera.
domingo, 3 de enero de 2010
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